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Una vitro escultura interactiva, que fue confeccionada con el aporte de Maestranza Diesel (MD), se exhibe en el Museo Interactivo Mirador (MIM) de Santiago.

La vitralista Tamara Lazcano donó esta obra de arte llamada “Vino… triple misterio” durante una ceremonia realizada en el acceso principal del edificio administrativo del museo, acto presidido por su Directora Ejecutiva, Consuelo Valdés. En representación de MD asistió a la actividad Pablo Madrid, Técnico Mecánico y Maestro Soldador Calificado de MD-Maestranza, quien colaboró en la construcción de dicha pieza artística. Tamara manifestó sentirse muy honrada luego que el MIM aceptara su donación. “Es un paso importante, ya que un museo relevante en el país está confiando en una artista joven. Esto es algo muy valioso para mí”, señaló la vitralista.

Consuelo Valdés, Directora Ejecutiva del MIM; Pablo Madrid, Técnico Mecánico y Maestro Soldador Calificado de MD-Maestranza; Tamara Lazcano, vitralista y su hijo Pascal Saxer.

La vitro escultura interactiva consta de tres esferas que se pueden girar a través de un pasa-manos. En la base tienen una luz que proyecta -desde el interior- diferentes formas en el techo. Esta escultura ha estado en espacios como el diario La Nación, y las estaciones Quinta Normal y Vespucio Norte del Metro de Santiago.

Lazcano montó la escultura en la casa matriz de Maestranza Diesel. La empresa aportó los materiales estructurales y el know how de Pablo Madrid. “Sin el apoyo de Maestranza Diesel esto no hubiese sido posible. Arnoldo Jakob -Presidente del Directorio de MD- confió en mí y en mi proyecto, ya que estaba destinado a exhibirse en lugares públicos y él quería que la empresa aportara con la cultura. Pablo Madrid fue fundamental en la construcción del soporte de la escultura. Su generosa ayuda y su mano de obra fueron muy importantes”, cuenta la artista.

Al respecto, el Gerente General de MD, Werner Jakob, señaló que “dentro de la Responsabilidad Social de Maestranza Diesel está el apoyar a la cultura de nuestro país. Quisimos colaborar con Tamara porque contábamos con los materiales y conocimientos para ayudarla a construir la estructura. Nos sentimos muy contentos de haber aportado para que esta obra de arte fuera apreciada en distintos puntos de la capital, y que hoy sean especialmente niños los que puedan conocerla en el MIM”.

Debido a las diferentes exposiciones, la escultura se deterioró y tuvo que volver a MD, donde fue reparada por el propio Pablo Madrid. ”Trabajé desde un principio en la escultura. Tamara llegó con la idea y la desarrollamos en conjunto. Analizamos los materiales para fabricar los soportes, la construimos y después la perfeccionamos cuando se averió. Esto me dejó una gran satisfacción personal. Fue novedoso aplicar el ingenio y hacer gala de mis habilidades en una obra de arte”, relata Madrid.