Discurso de Juan
Carlos Martínez, presidente de Asimet
Conferencia Desayuno "¿Será 2018 el año de
la Inversión?" Gonzalo Sanhueza, Economista y Socio Director de
Econsult RS Capital
Estimados socios de ASIMET:
Les doy la más cordial bienvenida a esta
nueva conferencia desayuno de socios de ASIMET, una de nuestras
instancias de encuentro gremial más relevantes para poner en
práctica nuestra tan necesaria asociatividad como empresarios
manufactureros.
Este año que comienza con buenas expectativas
para todos, me hace estar muy optimista respecto de nuestro
futuro gremial: Precisamente, y con motivo de los 80 años de
ASIMET, nos propusimos realizar un análisis profundo y
exhaustivo respecto de nuestra labor, con el fin de renovar y
actualizar los servicios que nuestros socios están requiriendo.
Sin duda, el mundo ha cambiado, y nuestras formas de
relacionarnos y de competir también lo han hecho. Y como ASIMET
tenemos que estar a la altura de las necesidades de los
empresarios del siglo 21.
Los cambios de imagen corporativa que ven
ustedes hoy en este escenario son el reflejo de esta nueva etapa
que iniciamos, cuyos detalles se los daremos a conocer en
nuestra renovada página web que pronto pondremos a su
disposición, y a la que los invito visitar y, ojalá, a que la
conviertan en su página de inicio. ASIMET lo hacemos entre
todos, y necesitamos de su reciprocidad y retroalimentación para
poder realmente generar las sinergias necesarias para hacer de
nuestra relación gremial un círculo virtuoso.
El tema que hoy nos convoca es sin duda uno
que ha generado la más altas de las expectativas en relación a
los desafíos que se ha planteado el nuevo Gobierno: la
inversión. Nuestro invitado, Gonzalo Sanhueza, le agregó también
una nota de suspenso al tema, al titular su charla: ¿“Será 2018
el año de la inversión”? Junto con agradecer la presencia de
Gonzalo esta mañana, quiero decirle que esperamos con ansias y
expectantes lo que nos va a decir al respecto.
Por mi parte, quiero expresarles un par de
reflexiones, sobre todo en relación a las expectativas que
genera el tema de la inversión.
La economía está dando signos de salir del
estancamiento, favorecida además por el mejor ánimo de los
emprendedores, trabajadores y consumidores. El nuevo Gobierno ha
sido enfático en señalar su intención de revertir el
desfavorable clima anti inversiones que nos ha acompañado
durante los últimos años, y esperamos atentos señales claras de
este objetivo. Pero eso no basta. Creo sinceramente que el
desafío que tenemos como país es mucho mayor.
En su primer discurso como Presidente,
Sebastián Piñera afirmó que como país debemos emprender lo que
él llamó una Nueva Transición: la transición hacia un Chile
desarrollado, sin pobreza y con oportunidades para todos. Desde
el punto de vista que me atañe como dirigente de un importante
sector empresarial, creo que para llevar adelante esta Nueva
Transición es imperativo transitar gradualmente desde el modelo
primario exportador hacia la “economía del conocimiento” como
requisito indispensable para continuar creciendo y lograr la
equidad en el largo plazo.
Aceptamos la centralidad y el rol clave que
tienen los “commodities” donde el país tiene ventajas
comparativas en el menú exportador, pero postulamos su mayor
articulación con el resto de la economía en encadenamientos
laterales donde el capital humano y el avance tecnológico
jueguen un rol cada vez más preponderante.
Repetir ciertos principios generales sobre
las virtudes del mercado no basta como fundamento para generar
una política pro crecimiento y pro desarrollo. Existe una
literatura académica creciente y un consenso cada día más sólido
entre las entidades de desarrollo internacionales sobre la
necesidad de diseñar y aplicar políticas activas de desarrollo
productivo. Es por eso que quisiera señalarle desde esta tribuna
al ministro de Economía, José Ramón Valente, que hay fallas de
mercado que retardan la innovación, la diversificación y el
crecimiento, y esas fallas deben ser corregidas con políticas
públicas que las corrijan: a diferencia de las antiguas
políticas industriales de los años 60, las políticas de
desarrollo productivo modernas no buscan eliminar los incentivos
del mercado, sino corregir sus fallas.
Como gremio postulamos que el desarrollo solo
será posible si logramos articular una estrategia que se base
sobre tres pilares fundamentales: (i) un régimen institucional y
de incentivos económicos claro, coherente y estable; (ii) una
fuerte capacidad de innovación, orientada a desarrollar
encadenamientos productivos en torno a ventajas comparativas; y
(iii) un capital humano de calidad.
Creemos que en los dos últimos pilares
—capacidad de innovación y capital humano— existen espacios para
un mayor y mejor rol del Estado, con políticas públicas y
alianzas público privadas que permitan superar las brechas que
nos separan de aquellos países que han logrado desarrollarse en
base a la economía del conocimiento en torno a los recursos
naturales.
Impulsar este tipo de iniciativas en modo
alguno representa la implementación de políticas selectivas
sectoriales, por cuanto sus objetivos son transversales e
influyen e impactan en todos los sectores por igual.
Me gustaría señalarles como un ejemplo una
iniciativa de Corfo que va en esa dirección. Se trata de la
creación de Institutos Tecnológicos en áreas estratégicas como
solar-minero, transformación digital, biotecnología y
manufactura avanzada. En este último sector estamos como ASIMET
colaborando codo a codo con Corfo, uniéndonos como socios
estratégicos y aspirando a fortalecer la investigación aplicada,
la transferencia y difusión de tecnologías e innovación en
diversos ámbitos de la producción nacional.
La iniciativa busca que estos institutos sean
los receptores de los recursos del royalty para I+D del contrato
Corfo –Albemarle, y en el caso de la manufactura avanzada
esperamos que, por razones estratégicas, estén localizados en
Antofagasta, Bío Bío y la Región Metropolitana.
Las pymes manufactureras nacionales tienen
índices de productividad muy bajos comparados con los que
exhiben países más desarrollados: en ellas se verifica
obsolescencia tecnológica y capital humano sin las competencias
que requiere la manufactura avanzada de hoy. Como dato, les
informo que sólo un 6% de las más de 3 mil empresas
manufactureras del país han adoptado tecnologías compatibles con
esta era digital o industria 4.0. Es decir, la brecha es
demasiado alta.
Es en este sentido que esperamos que el
ministro de Economía apoye esta iniciativa e impulse otras
similares, y no las califique como estrategias de “política
sectorial”, de la cual se ha manifestado contrario. Este tipo de
proyectos no tienen nada de sectorial, porque son estrategias
que favorecen por igual a todas las áreas del quehacer
económico, cuya transformación tecnológica es urgente para que
Chile pueda tomar a tiempo el tren de la modernidad.
Finalmente, como ASIMET quiero manifestarle
al ministro Valente que abogamos porque su cartera se convierta
en un gran ministerio que pueda impulsar un catastro de
proyectos por los próximos 4 años que permita que la inversión
crezca entre un 6% a un 7% anualmente, porque en ese escenario,
la industria manufacturera chilena tiene mucho que aportar para
el bienestar social y el desarrollo del país.
Muchas gracias
Gonzalo Sanhueza Dueñas es economista de
la Universidad de Chile y master y PhD en Economía de la
Universidad de California. Actualmente es director ejecutivo de
Econsult, director de empresas, miembro del Consejo Fiscal
Asesor del Ministerio de Hacienda y miembro del Consejo de
Desarrollo para la Manufactura Nacional. También forma parte de
la Fundación para el Progreso y es columnista del diario La
Tercera. |