Discurso de Juan
Carlos Martínez, presidente de Asimet
Conferencia Desayuno "El mundo en los
ojos de Trump",
Estimados socios y socias de ASIMET:
Les
doy la más cordial bienvenida a esta reunión desayuno, en la que
abordaremos un tema tal vez distinto a los que acostumbramos,
pero que nos ayudará a tener una visión más amplia del contexto
en que se están desarrollando nuestros negocios, y analizar así
el escenario mundial del que nadie puede considerarse ajeno en
el mundo globalizado en el que hoy interactuamos unos con otros.
Para ello nos acompaña el destacado cientista
político, Libardo Buitrago, a quien agradezco por la gentileza
de acompañarnos esta mañana.
“El mundo en los ojos de Trump” es el título
de su exposición, en la que sin duda abordará el tema de la
“guerra comercial” que inició el presidente norteamericano al
imponer medidas proteccionistas que, pensábamos, eran prácticas
ya desechadas en la economía moderna.
Quiero detenerme en este punto y vincularlo
con la situación actual de nuestra manufactura.
En primer lugar, puedo informarles que el
gremio norteamericano al cual estamos asociados Fabricators &
Manufacturers Association (FMA), que representa los intereses de
1,4 millones de personas empleadas en el sector metalmecánico de
ese país, se encuentra muy preocupado y decepcionado por la
medida del Presidente Trump de aplicar una tarifa aduanera de un
25% al acero importado y un 10% al aluminio importado a Estados
Unidos, según declaraciones de su propio presidente gremial Mr.
Ed Youdell.
La principal preocupación reside en que el
empleo y la generación de nuevos puestos de trabajo se va a
poner en riesgo: aquellos países afectados por esta medida la
van a soslayar produciendo y exportando productos metálicos
terminados en lugar de exportar acero y aluminio como materia
prima.
Lo que viene para los manufactureros
estadounidenses lo resumen de esta manera: "Si el costo del
acero sube para los fabricantes locales pero no en los mercados
mundiales, se favorece la importación de productos terminados
con mayor valor agregado. Esta es una muy mala idea, una mejor
política sería importar acero como materia prima a bajo costo y
fabricar en Estados Unidos”.
Los empleos que produce la cadena de valor
del acero son diez veces más que los que generan la industria
siderúrgica estadounidense, a la que Trump pretende proteger con
estas medidas.
Chile ya tiene madurez y una experiencia de
más de 40 años compitiendo a nivel global, y prácticamente no
tenemos aranceles que protejan a la industria nacional. Eso ya
es historia y no volverá. Hemos sido exitosos exportando
nuestros productos agrícolas, forestales y salmones, debido a
que se ha aplicado alta tecnología en los procesos de
producción, embalaje, transporte y marketing. Ello, además de un
esfuerzo público privado tanto en la promoción de inversión como
también comercial a nivel internacional, protecciones contra
plagas a través del S.A.G. etc.
Sin embargo, nos hemos quedado atrás en lo
que se refiere a la manufactura nacional, y en nuestro sector
metal-mecánico es especialmente preocupante porque tenemos
situaciones de quebranto o cierre de plantas, lo que ha llevado
a varios industriales manufactureros a volcarse al negocio
importador con el fin de continuar atendiendo a sus clientes,
pues no pueden competir con el producto foráneo.
No hemos sido exitosos en reinventarnos y
modernizar nuestros procesos en busca de mayor productividad
para competir con éxito con el producto importado, y además de
la falta de incentivos y oportunidades, hay poco interés en
invertir en manufactura. Lo revela las últimas cifras entregadas
por la Corporación de Bienes de Capital: “El sector industrial
representa en los últimos 25 años solo el 6,6% de los proyectos
de inversión privada en Chile”.
Si queremos una economía vigorosa necesitamos
un comercio internacional competitivo. La manufactura es la
facilitadora clave del sector transable; nos puede permitir
independizarnos del precio del cobre, y por ello no es
intrascendente que nuestra sociedad renuncie o sea indiferente a
su desarrollo.
La manufactura en el mundo ha sido la
principal motivadora de la innovación técnica y, a su vez, la
innovación técnica y creativa ha sido la mayor fuente de
crecimiento económico en las sociedades modernas, ya que otorga
verdaderas oportunidades a aquellos que se capacitan
técnicamente para obtener empleos de calidad, produciendo así
efectos económicos multiplicadores en bienestar nacional.
En junio nos enteramos de una muy mala
noticia para nuestro país, la planta Maersk Container Industry
de San Antonio (MCIS) se cierra irrevocablemente. Un privilegio
de proyecto metal-mecánico para el país se pierde por no ser
capaces de competir con otras plantas en Asia, debido a que el
contenido nacional era de solo un 10%, y tener que importar el
resto presentaba bastantes problemas logísticos. Chile
actualmente no cuenta con producción propia de planchas de acero
y tampoco tubos o barras de cobre, estos productos deben ser
importados.
La manufactura nacional no puede seguir
haciendo más de lo mismo, tenemos que estar al día respecto de
las nuevas tecnologías y aplicarlas. La manufactura avanzada y
el acceso a la industria 4.0 es la respuesta y la oportunidad
que se nos ofrece para poder ser más competitivos a nivel
mundial.
Necesitamos también políticas de Estado que
desplieguen incentivos y oportunidades para invertir en
manufactura avanzada. Se hace necesario un esfuerzo público
privado de carácter permanente, independiente de los ciclos
políticos de 4 años, y que piense en el Chile industrial
manufacturero que queremos ser de aquí a 15 o 20 años, y que
proponga políticas públicas que permitan llegar a esta meta.
La decisión de Maersk constituye una seria
advertencia para que cambiemos el rumbo y nos pongamos de
acuerdo en cómo competir exitosamente con la manufactura
nacional.
Volviendo al tema de la “guerra comercial”,
creo que es la oportunidad para reiterar que como gremio, ASIMET
respalda el desarrollo del comercio libre, justo y respetuoso de
las leyes locales e internacionales. La Organización Mundial del
Comercio (OMC) establece procedimientos a través de los cuales
las empresas, haciendo uso de un derecho legítimo, pueden
demandar acciones para corregir las distorsiones que se
presentan en los mercados. En el caso de Chile, es la Comisión
Antidistorsiones de Precios, que preside el Fiscal Nacional
Económico, el organismo técnico que investiga en forma autónoma
e independiente dichas demandas.
ASIMET promueve la libre competencia. No
estamos de acuerdo en que se apliquen barreras al comercio
internacional, pero apoyamos todas las medidas que permitan
eliminar los casos específicos y demostrados de competencia
desleal.
Muchas gracias
Libardo Buitrago es licenciado en
Comunicación Social de la Universidad del Pacífico, Diplomado en
Estudios Norteamericanos del Instituto de Ciencia Política de la
Universidad de Chile, Magister del Instituto de Ciencias
Políticas de la misma universidad y MBA en Dirección General de
Empresas en el Institute for Executive Development de Madrid
IEDE.
Es además analista de política internacional
y asesor estratégico de empresas y especialista en manejo de
crisis. |