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SISTEMA
PREVISIONAL: MODELO QUE URGE CAMBIAR
Durante estos últimos meses el sistema de Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFP) ha sido un tema que ha estado en la
agenda tanto de los medios de comunicación como en la de los
candidatos presidenciales, quienes cuentan con diferentes
propuestas para reformar un modelo que ha sido tildado de
obsoleto y de poco accesible, entre otros calificativos.
Lo cierto, es que todos los
sectores coinciden que se trata de un modelo injusto, poco
equitativo, que no se adecua al mercado de hoy y que por ende es
necesario reformar.
Baja cobertura
Una de las principales críticas
que ha recibido el actual sistema de Administradoras de Fondos
de Pensiones (AFP) se debe a la poca cobertura que tiene entre
los trabajadores, “los reformadores de las pensiones de Chile
han sido demasiado optimistas al creer que los trabajadores
ahorrarían para su jubilación. El sistema se diseñó partiendo
del supuesto de que la mayoría cotizaría durante más de las dos
terceras partes de su vida activa, pero la realidad es que la
mayoría sólo cotiza la mitad de este tiempo. Por lo tanto, más
de un millón de cuentas (15 por ciento del total) tienen un
saldo inferior a 175 dólares, y la cuenta media es de apenas
3.000 dólares, por lo que muchos podrían alcanzar la edad de
jubilación sin tener suficientes activos” señala un informe
evaluatorio del sistema de AFP efectuado por el Fondo Monetario
Internacional.
La baja cobertura que están
alcanzando las AFP preocupan a las autoridades, principalmente
porque la seguridad económica de la población y su bienestar
dependen en gran parte de la cobertura de los sistemas
previsionales de pensiones y de salud, en especial para los
hogares y familias de menores recursos.
Según la Dirección del Trabajo,
diversos estudios sobre pobreza han permitido concluir que la
baja cobertura que tienen las AFP es una de las causas
primordiales de los escasos ingresos en la edad de retiro de una
importante proporción de la población pobre. En este contexto,
la ampliación de la cobertura provisional se transforma en una
importante herramienta de política social, que permite disminuir
la pobreza y aumentar el bienestar social.
Falta de cotización
La falta de cotizantes que están
teniendo las AFP es cada vez mayor. Así lo demuestra la
Segunda Encuesta de Protección Social, hecha por el Ministerio
del Trabajo, la que concluye que los trabajadores cotizan en las
AFP sólo durante la mitad de su vida laboral y que las mujeres
mantienen una situación aún más precaria que la de los hombres.
En este punto, el Ministerio del
Trabajo, acusó al actual modelo de ser accesible sólo para unos
pocos, ya que está basado sólo en la capacidad de cada persona
de acumular recursos en términos individuales y que por ende es
sólo accesible aquella parte de la ciudadanía que cuenta con más
recursos y es excluyente con la población de menores ingresos.
Asimismo, según un estudio del
Fondo Monetario Internacional, la poca cotización por parte de
la gente se debe al alto costo de las comisiones: “Dada la
insuficiente competencia, los costos de administración
permanecen altos (...) en un equivalente aproximado al 2 por
ciento del salario y tiende a ser mayor aún para los
trabajadores de menores ingresos”. Aseguran los propios técnicos
del Fondo que esos costos deberían bajar no menos del 25 por
ciento.
Por otra parte, el informe
también concluyó que el actual sistema ha dado lugar a
jubilaciones que equivalen en promedio a la mitad del salario
del beneficiario, lo que se aleja bastante de los objetivos y
las promesas que en su momento plantearon las AFP.
No asegura pensiones mínimas
Otro de los problemas que trae
consigo el actual modelo previsional es que no puede asegurar
una pensión mínima a la totalidad de los trabajadores, debido a
que muchos de ellos debieron interrumpir los pagos de la
cotizaciones mensuales como consecuencia de haber quedado
desocupados o cambiar de empleo sin ser legalizados, o porque
sus empleadores simplemente no hicieron los aportes.
En este punto, el Instituto
Nacional de Normalización Previsional explica que para optar a
una jubilación mínima de 130 dólares se requiere de al menos 240
cotizaciones. Eso significa dos décadas de pagos mensuales
ininterrumpidos. Según la agencia francesa AFP que investigó los
datos, 60 por ciento de los afiliados cotiza con una densidad de
menos de 4,2 meses por año.
La explicación para semejante
irregularidad se encuentra en que la mitad de los trabajadores
afiliados ahorra tal como está pactado en el sistema, con su
aporte cada mes. Pero los otros 3,5 millones no lo hace o lo
hizo irregularmente debido, entre otros motivos, al desempleo
que si bien está en un 8 por ciento actualmente, sufrió alzas
enormes en el pasado.
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